21 de diciembre de 2015

El prodigioso Cordyceps

Conocido por los pastores de las altas llanuras tibetanas des de cerca de mil años, este hongo merece dedicarle una atención especial.

Todo empezó cuando los criadores de yaks se dieron cuenta de la gran vitalidad de sus animales, especialmente los más longevos.

Observaron que ellos consumían diferentes hierbas, especialmente el Cordyceps (Ophiocordyceps sinensis), conocida como la “hierba de las montañas” o el “santo grial” de la fitoterapia China.

Se trata de un hongo parásito que crece en estado salvaje a gran altitud (por encima de los 3500m). Cuanto más adverso es su entorno, mayor calidad y propiedades son las que ofrece.

Pronto se diseminaron sus propiedades por toda China y los herbolarios no tardarían mucho en utilizarla en múltiples patologías, aunque por su dificultad de recolección, su escasez y el hecho que tarda 6 años en completar su crecimiento, fue una planta accesible solamente para ciertas élites sociales, especialmente para los emperadores.
           
Actualmente quienes se dedican a su recolección siguen siendo los criadores de yaks que, con 1 mes de trabajo (4 semanas entre mayo y junio), consiguen ingresos suficientes para todo un año, saliendo del umbral de la pobreza.
           
Como curiosidad tenemos que en 2012, 1 solo kilogramo de este producto, alcanzó los 130.000 euros,  ¡3 veces el valor del oro!
                       
Fue en 1999 cuando China lo clasificó como una especie en peligro de extinción, de ahí que hayan productores que se dediquen a su cultivo en base de arroz o de habas de soja que, aún manteniendo muchas de sus excelentes propiedades, nunca alcanzan el nivel del de origen silvestre.
           
De las diez variedades que se ofrecen a escala industrial la más común es el Paecilomyces hepiali Chen (Cs-4), que ofrece una pequeña parte de sus virtudes, especialmente sobre la función renal.
           
En las últimas décadas son numerosos los estudios realizados tanto por China como por Japón o EEUU para analizar y conocer mejor sus acciones, destacando por encima de todas, su acción como mantenimiento y mejora de la función renal, especialmente interesante para los casos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC), donde actualmente la medicina alopática se limita a contener sus consecuencias y que en algunos casos acaba evolucionando hasta que llega el momento del trasplante o de la diálisis.
           
En el caso de la IRC, actuando en la disminución de la creatinina en sangre y la proteinuria, y lo hace gracias a que frena la multiplicación anárquica de las células del mesangio, que es el tejido presente en el glomérulo responsable de la filtración de la sangre que ejerce el riñón.
           
Eso convierte este parásito en el “sueño” de toda la industria farmacéutica, aunque a duras penas han descubierto nada del secreto que oculta.
           
Se recomiendo tomar de 3 a 6 gr / día, repartido entre las principales comidas y dependiendo de la patología, siempre teniendo en cuenta que no se trata de un tratamiento preventivo sino que hay que instaurarlo cuando la patología renal se manifiesta, tanto si es de forma aguda como crónica.

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