Hace mucho tiempo, el
hijo de un terrateniente sufría de reumatismo en su espalda y sus rodillas. Era
difícil caminar para él, había estado en cama durante varios años y los médicos
no sabían cómo curarlo. El terrateniente obligó a un herborista de la montaña
del sur a proporcionar medicamentos para la enfermedad de su hijo. La montaña
del sur estaba a 20 millas, por lo que el adinerado padre mandaba a un peón
cada dos días a buscar la medicina. El herborista lo intentó con varios tipos
de hierbas medicinales, pero el hijo no se recuperaba.
Había caído gran
cantidad de nieve en el invierno, por lo que cuando el peón iba a buscar la
medicina, tenía que caminar durante 40 kilómetros con los pies en la
profundidad de la nieve. Hacía tanto frío y llevaba ropa tan fina que temblaba
durante todo el viaje.
Hay un viejo dicho que
dice “cuando te comes la comida de otro, él te controla”. Si el peón caía de
vuelta con la medicina, su maestro estaría disgustado. Un día, se quedó fuera
de la aldea y vio algunas pequeñas ramas que crecen fuera de un agujero en una
vieja morera.
“¿No es igual que la
medicina que está tomando el hijo del señor?”
“Puesto que él no va a
mejorar, no importa lo que tome, puedo llevar ésta en lugar de las hierbas
medicinales.” Subió al árbol y cogió unas cuantas ramitas. Entonces corrió
sigilosamente a casa de un amigo, cortó las ramas en trozos pequeños y los
envolvió en papel. Después de permanecer con su amigo por un tiempo, regresó donde
el rico terrateniente.
El caballero no sabía
que había en el paquete porque no hacía él las decocciones. Cuando el joven
peón vio que el propietario podía ser engañado, él continuó su truco y se salvó
de la larga caminata. Mientras tanto, al herborista le sorprendía no haber
visto al peón por un tiempo. “si él no ha ido a por el medicamento, ¿qué ha
hecho mejorar al hijo del hombre rico?” se preguntó a sí mismo.
El sabio terapéuta
quería saber qué había pasado, entonces fue a ver al terrateniente. Cuando él
llegó frente a la puerta, encontró al joven peón. Éste, al temer que el señor
le descubriese optó por contarle al maestro lo que había hecho. “Jefe, por
favor, no se lo diga al señor!”, le dijo.
“De acuerdo! Pero
debes decirme que le diste a su hijo”, prometió el erudito.
“Tres ramitas!
Provienen de la vieja morera situada en los límites de la aldea.”
“Yo nunca he oído que
las ramas de morera curen el reumatismo. Por favor, llévame allí para poder
verlas”.
El peón llevó al herborista
fuera del pueblo. Cuando él subió al árbol, encontró una planta con hojas que
había crecido dentro de un agujero situado en el propio árbol. Reunió algunas y
descendió.
Cuando el herborista
intentó curar desequilibrios con esto, se encontró que sus pacientes con reumatismo
mejoraban de sus dolores. Debido a que estas ramitas crecían a partir de la
morera, la gente las llamó "Sāng Jì Shēng", haciendo referencia a su
condición de parásita, en este caso, del propio árbol de morera.
Traducido de: Chinese
Herbal Legengs. (50 Stories for Understanding Chinese Herbs)
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